Orquesta Sinfónica de Castilla y León
Jean-Christophe Spinosi, director
PROGRAMA
Héctor Berlioz (1803-1869)
«Spectre de la rose» de Les nuits d’été, op. 7, H 81
Maurice Ravel (1875-1937)
Pavana para una infanta difunta
Charles François Gounod (1818-1893)
Romeo y Julieta, ópera en un prólogo y cinco actos
«Je veux vivre»
Georges Bizet (1838-1875)
Carmen, ópera cómica en cuatro actos
Ouvertura
Aria de Micaela
Intermezzo
Leo Delibes (1836-1891)
Les filles du Cadix
Claude Debussy (1862-1918)
Preludio a la siesta de un fauno
Maurice Ravel
La Valse, poema para orquesta
Bolero
El octavo concierto de la temporada nos ofrece un interesante programa en un formato que no tenemos muchas ocasiones de disfrutar –voz y orquesta– para imbuirnos en la música francesa del siglo xix y principios del xx. La voz de Adriana Kucerová, la jovencísima soprano eslovaca que está triunfando en los principales escenarios internacionales junto a directores como Daniel Barenboim o Vladimir Jurowski, será la protagonista de la velada. A cargo de la batuta estará Jean-Christophe Spinosi cuya colaboración con Adriana Kucerová les llevó la temporada pasada a la representación de El Mesías de Haendel en Hamburgo y Orlando, del mismo compositor, en una gira Europea.
Las arias “Je veux vivre” de Romeo y Julieta y el aria de Micaela de la conocida Carmen de Bizet brindarán el toque operístico al concierto, mientras Berlioz y Delibes nos sumergirán en la canción francesa más intimista y romántica. El programa se completa con un repaso de algunas de las obras instrumentales más emblemáticas de la música francesa. La Pavana para una infanta difunta, el archiconocido Bolero, ambas de Ravel, y la ópera Carmen de Bizet, son una muestra de la mirada hacia lo español que tanto llamó la atención a los músicos de la época. La Valse ideada como un ballet –aunque nunca llegó a estrenarse como tal– y El preludio a la siesta de un fauno que a pesar de su exitoso estreno, es más conocido por el escándalo que supuso la coreografía que creó posteriormente Nijinski, nos transportan al mundo de los ballets de Diaguilev en los que confluyeron los artistas más importantes del momento.